martes, 30 de diciembre de 2008

La historia interminable - Parte VI

Nos quedamos cuando, tras llegar los tres a España y abandonar el País Vasco, el hombre diez y la mujer huyen por Soria, y el marido por Pamplona. El marido da un rodeo por Huesca, Lleida y Castellón para parar en Cuenca, mientras que el hombre diez y la mujer huyen a Guadalajara, atraviesan Madrid y llegan a Toledo. Bien, entonces...

...el marido va hacia el sur al igual que la pareja, solo que el marido se colocó un poco con el Xorizo Pamplonica (XP) y va haciendo eses, la pareja va entrando en Ciudad Real y el marido salta el quitamiedos conquense y sale a Albacete aplastando Tarazona, mientras que la pareja toma una curva y va también en dirección Albacete, derrumbando Ossa, que poco hay de derrumbar, y cada vez se van acercando más, uno por un lado y el otro por otro, hasta que se chocan en Barrax y el hombre diez, como le tiene tanto cariño al coche (que lo robó en Acolea), se pone detrás y hace como en las películas de Chuck Norris y le da en el culo al marido y lo tumba, va, baja, la mujer pone la radio, y el marido es acribillado por el hombre diez, que de tantas peleas que lleva se va transformando en el hombre nueve, se mete en el coche, meten la sexta y se les cala (el coche no salió en la tele, y muco menos en La Sexta) lo que le da al marido ventaja para monarse y poner La Primera, y mientras ve El Gran Pis, arranca y choca por detrás con la pareja, y los tres van dirección Albacete capital, pasando por La Roda, a 200 metros por segundo, toma leche, y llegan a Albacete, y van dsestrozando todo lo que pillan, el putilub, el polígono, el Media Markt (¡NOOO!) los colegios, los institutos, los conservatorios, el Teatro Circo, el marido se va por un atajo y ve al hombre diez atascado en la calle de Las Monjas, le da, lo desatasca, tabién desatasca la puerta y no hace falta abrirla, uno se puede tirar sin problemas, corren el marido delante y los otros detrás, salen, y van dirección Tobarra, entran, pasan por mi calle, saco la escopeta de perdigones y le pego un tiro al marido, se estampa, la pareja huye hacia el sur (el marido ha muerto ya, sabes) hacia Jaén, van a un restaurante, se toman un jamón cuyo precio está de lujo, y se buscan un chalé' en Lepe, desde entonces no pueden salr, porque pone Huelva.

F I N, por fin..

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